3 de marzo de 2014

Por las murallas de Crémieu

Una de las salidas que hicimos con nuestros "hospedadores" mientras estuvimos en Le Charbinat fue para conocer Crémieu (Departamento Isère, Región Rhône-Alpes), una comuna de unos 3.300 habitantes que conserva gran parte de su antigua arquitectura medieval.

Crémieu verde y rojo



Crémieu bajo el Sol


Desde su zona más elevada, la colina de Saint Hyppolite, y rodeados por una laberíntica muralla del siglo XIV asombrosamente conservada se puede disfrutar de las vistas de la acogedora comuna de Crémieu.

Torre champiñón 


Tour champignon, así llaman a esta torre de base redonda que vigila la ciudad desde lo alto.

Muro sinuoso



La parra que no conoció varón

                      Parra virgen (Parthenocissus quinquefolia)


Texturas varias


Sin duda una población con mucho carácter y encanto. Pasamos una tarde de lo más agradable recorriendo sus murallas y también paseando por la parte baja del pueblo, cámara en mano y con un guía de excepción que tenía decidido desde el principio dónde acabaría la visita. Una degustación de cerveza artesanal, también con un marcado carácter y no menos encanto que el resto de nuestra visita, nos esperaba en Les Ursulines, la cervecería más concurrida del pueblo.

Tras ésta y algunas otras salidas en las que pudimos conocer parte de la región y hacernos una idea del estilo de vida que llevan por allí sus habitantes, finalmente las dos semanas como "ayudadores" pasaron. Las dos chicas con las que habíamos coincidido allí prosiguieron su camino hacia la siguiente parada de su travesía, más hacia el sur del país, donde tenían apalabrada otra estancia helpeX. Nuestra siguiente etapa, sin embargo, se presentaba algo incierta. Teníamos un hueco espacio-temporal en nuestro "plan de viaje" aún por rellenar para la etapa entre Le Charbinat y la vendimia en la que trabajaríamos unas semanas más tarde en la región de Picardie, bastante más al norte. La solución no podía ser otra que improvisar, inevitablemente; habíamos decidido coger nuestro coche-casa y pasar esos días por la zona de Los Alpes, mientras esperábamos a que nos dieran las fechas definitivas de la vendimia.

                    Rampa
 

Pero antes de partir hacia allí nuestro plan se vio repentinamente modificado —o mejor dicho, mejorado— cuando Paul y Caly nos hicieron una proposición muy decente: quedarnos en su casa otras dos semanas, aunque sin ellos, pues se iban de viaje por tierras bretonas. Así nosotros podríamos hacer las excursiones por Los Alpes que teníamos pensadas, pero teniendo un techo bajo al cual volver cada día si queríamos sin necesidad de buscar campings o albergues para dormir.

Estupefactos ante la propuesta, sobre todo porque la plantearon como si el favor nos lo pideran ellos a nosotros por cuidarles la casa durante esos días, respondimos poniéndoles una pequeña condición: que nos dieran tareas precisas a realizar durante su ausencia.

Su respuesta fue que nos asignaban dos tareas fundamentales:
1. Recolectar la verdura del huerto según fuera madurando.
2. Comernos la verdura recogida.

Sin más que añadir, me despido hasta la próxima entrada, en la que colgaré las fotos de una de las salidas que hicimos durante esas dos semanas "extra" en las que, por supuesto, decidimos permanecer en Le Charbinat.

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