La forma más gráfica que se me ocurre para mostraros la primera impresión que tuve de la ciudad de Niza al llegar sería clicando en la opción "satélite" de Google maps y en seguida veríais a qué tipo de atrocidad me refiero. Una superficie urbanizada en su práctica totalidad, la costa reducida a la mínima expresión y unas maltratadas montañas completamente infestadas con construcciones de todo tipo, devastando lo que un día debió de ser un paisaje espectacular.
Pero como el objetivo de mi c
ámara no es precisamente eso, objetivo, las fotograf
ías que yo he tomado por all
í intentan mostrar una cara algo menos triste de esta ciudad de la Costa Azul porque, aunque reconozco que hubo que indagar un poco para encontrarlos, Niza también tiene detalles y rincones que s
í considero dignos de mención, y aqu
í traigo unos pocos de ellos, aunque seguro que tiene muchos m
ás de los que yo tuve tiempo de descubrir.
Como ejemplo para empezar, el
Parc départemental Estienne d'Orves, en el que m
ás de
500 olivos centenarios te acompañan a lo largo de un sendero muy agradable que te lleva hasta el más majestuoso de todos ellos, este olivo milenario de aquí abajo.
Está en Niza